No solo creé su identidad, también el naming, la manera de encontrarlo y de intercambiar bienes.

Me fijé que la manera más común de llevar a cabo el intercambio es a través de abrazos y choque de manos, así nació el camello abrazador; aka Koala. Para su seguridad su identidad tenia que encubrir su verdadera profesión, cuanto más dulce fuera su identidad menos evidente sería. 

Llevé a cabo una identidad gráfica con colores pastel pero también luminosos; tipografía groovy para aportar ternura y fondos psicodélicos para no perder la esencia. El logo nació de una forma abrazando a la otra y creando una K.
A partir de aquí podía empezar a imaginar su día a día y diseñar las aplicaciones gráficas que necesitaría para su negocio.

Sus clientes lo encontrarían siguiendo las «K» de tiza, era importante que se pintaran de un material que se pudiera borrar fácilmente para no ser rastreado. 

Creé un catálogo de «abrazos» en formato panfleto. En este las drogas estaban catalogadas como películas Disney, es decir, según el efecto que causaba era una película u otra. Por ejemplo LSD, Dumbo.

Este flyer se repartiría entre sus clientes de manera que supieran qué abrazo representa cada estupefaciente y con qué achuchón pedir lo que quieren.

Todos los abrazos están representados por los dos muñequitos que componen el isotípo.

Por último diseñé una cajita de «caramelos» en la que poder dar los narcóticos de forma segura sin levantar sospechas.